Escribo estas líneas invitado por mi amigo José, pensando en los padres pero también y fundamentalmente en los niños-jóvenes que abrazaron este hermoso deporte llamado BASQUET.
Como padre de un adolescente-jugador-cadete, tengo la oportunidad única de vivenciarlo todo a través de mi doble óptica de padre y periodista.
Desde este ultimo punto de vista, veo con desesperación como se malgasta la vida deportiva de los niños-jóvenes e incluso adultos, por culpa de las malas (o directamente no existencia) políticas referidas al deporte (no solo al básquet). Y ¡ojo!, la palabra política no se circunscribe al “Estado”, sino que abarca también –y sobretodo- a la “política (o su inexistencia) dentro de cada club” referida al deporte.
Y allí entra mi otra “función”: la de padre. Y desde ella me pregunto y pregunto: ¿Qué es lo que queremos para nuestros hijos cuando lo dejamos al cuidado y formación de un determinado club?
¿Queremos solo que se “entretengan” con el deporte antes que con otras alternativas menos edificantes y sanas?
¿O queremos –por citar solo los dos posibles “extremos”- que se formen como jugadores dandose la oportunidad de una alternativa a la hora de elegir una “profesión”?
Y, ¡ojo!, entiéndase esta ultima alternativa –la de encontrar en el deporte su primera o segunda profesión- no como un fin en sí mismo sino como una manera de formación integral del ser humano que hay en primerísima instancia en cada chico-joven-adulto jugador.
Entonces, la pregunta es ¿se está haciendo lo correcto con los chicos? ¿Hay que seguir buscando SOLO la victoria en un partido o la VICTORIA real de hacer todo lo posible para que cada chico tenga la posibilidad de llegar alguna vez a ser “de primera”?
¿Sirve de algo, más allá de lo inmediato, GANAR un partido de divisiones menores defendiendo zona por más que para ello se tenga que “quemar” – dejarlo en el banco, sin jugar- a un jugador cuya mayor virtud sea la defender uno contra uno?
¿Sirve ganar un partido con un triple de un chico que a los 15 años sigue teniendo un muy mal tiro?
En definitiva ¿sirven TODOS los recursos para ganar un partido más que los que hacen a la formación –recordar que son CATEGORIAS FORMATIVAS- de un jugador?
Y acá entra otra pregunta ¿Cuándo se termina la formación de un jugador? La “experiencia” indica que en el paso de cadetes a juveniles –con las edades actuales- se debería saber quien “llega” y quien no. Entonces, ¿NO es ILOGICO que a ésa edad se siga poniendo por delante de la FORMACION a la VICTORIA efímera de un partido y hasta de un campeonato?
Silvio E. Buittoni
jueves, 5 de junio de 2008
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